Relax en Budapest: Balenario Széchenyi

Relax en Budapest: Balenario Széchenyi

 

¿Vais a realizar un viaje de fin de curso a la preciosa de Budapest, en Hungría? Pues hay un monumento/atracción que no debe faltar en vuestra lista de cosas a realizar allí: el balneario más famoso no solo de la ciudad, sino de todo el país. ¿No reconocéis de qué balneario estamos hablando? Estamos hablando del espectacular Balneario Széchenyi. Venga, ¡que os ponemos en situación ahora mismo!

 

Un poco de historia sobre el Balneario Széchenyi

Este balneario data del año 1913, aunque comenzó a diseñarse el edifico en 1884 y a construirse en 1909, ¡tardó en levantarse casi 5 años! La ciudad de Budapest es, como mucha gente afirma, un balneario en sí misma, ya que tiene fama de alterar bajo tierra grandes depósito naturales de aguas termales con fines terapéuticos. Con este grandísimo balneario se quería dar a la ciudad de Budapest una zona donde gente de alta alcurnia, es decir, con un importante poder adquisitivo, pudiera relajarse y socializar. Para ello, se escogió una ubicación inmejorable: el Parque Municipal de Budapest, un sitio precioso que debéis visitar en vuestro viaje de estudios a la ciudad. Como os decíamos un poco más arriba, este balneario está dotado de agua que emana de más de 1 200 metros de profundidad a una temperatura de 76 grados centígrados.

 

Qué ofrece el Balneario Széchenyi.

El balneario cuenta con, nada más u nada menos, un total de 15 piscinas, de la cuales 3 de ellas están al aire libre y el resto, es decir, 12 piscinas, son de interior. Pero no solo vais a poder disfrutar del agua en estado puro, sino que también podréis adentraros en saunas y zonas de masaje. Eso sí, si habéis visto fotografías sobre Budapest y sus principales atracciones, os habréis encontrado con que las piscinas que más salen en medios son las del exterior, las cuales mantienen una temperatura fija que ronda los 37º, ¡una auténtica delicia! ¿Nuestro  consejo? Que visitéis este lugar cuando haya caído la noche y toméis un baño bajo la luz de la luna (o las farolas, porque está en un parque), ¡una sensación espectacular!

 

¡Quiero visitar este sitio!

Pues eso está hecho. El balneario Széchenyi abre todos los días (¡menuda suerte!), es decir, de lunes a domingo de 6 de la mañana a 22 de la noche. Además, tiene un servicio de agua terapeuta apta para beber que abre martes, jueves y sábado de 8 a 14 horas y miércoles y viernes de 12 a 18 horas. Este balneario tiene dos tipos de entrada, una VIP que permite acceso al vestuario con taquilla individual y una general, que incluye el uso de taquilla. Realmente, al no haber diferencia de precio, es muchísimo más rentable obtener entrada VIP (20€) y no la entrada general (19€); ojo, es posible que según la temporada el precio oscile. En cualquier caso, es realmente aconsejable que adquiráis vuestros tickets de acceso con antelación para evitar gasificaciones o que haya un “sold out” colgado en la puerta. Además, debéis tener en mente llevar las cosas más importantes, como toalla, gorro y chanclas, aunque todo podéis alquilarlo o comprarlo allí mismo.

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