Un viaje de fin de curso a Viena no lo vais a olvidar en la vida, ¡es una ciudad maravillosa y acogedora! Pero, ¿qué os parece si os mostramos los monumentos clave que no podéis dejar de visitar? Con esta pequeña lista os garantizamos que conoceréis la esencia de la ciudad, ¡no dejaréis nada en el tinterio!
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Monumentos clave para conocer la historia de Viena
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En este primer apartado vamos a señalaros un total de 4 monumentos que debéis conocer sí o sí durante vuestro viaje de fin de curso a Viena.
El primer monumento que debe estar en vuestra lista es la Catedral de Viena a veces conocida como Catedral de San Esteban o Stephansdom, ubicada en la plaza homónima Stephansplatz, pleno corazón de la ciudad del barrio Innere Stadt. La catedral, levantada en el año 1147, es el símbolo religioso más relevante de toda la ciudad, y su importancia ya viene de tiempo atrás, pues se decidió levantar en los restos de lo que antiguamente fue la iglesia románica de San Esteban (de ahí viene su nombre). Lo más relevante a la hora de entender y comprender esta catedral es su arquitectura, y os debéis fijar en su torre de 140 metros coronada en aguja, clave del estilo gótico (podéis subir a ella a través de su escalera de caracol y divisar el horizonte de la ciudad). El Tejado de los Azulejos es otra zona clave del conjunto, pues su relevancia reside en que está compuesto por más de 240 mil azulejos que peligraron durante la II Guerra Mundial. En el interior de la catedral no perdáis de vista la Campana Pummerin, cuya historia es muy significativa, pues se cuenta que fue realizada con el hierro de los cañones de las tropas turcas que fueron abandonados cuando dicho ejercito de fue de la ciudad a finales del siglo XVII. Las catacumbas, si tenéis tiempo, es algo digno de visita, pues fue pensada para albergar más de 10 mil cuerpos de ciudadanos de Viena.
La Ópera de Viena es otro emblema de la ciudad, pues es considerada como la institución musical operística más importante de todo el mundo. La ópera, también conocida como Straatsoper, supuso el edificio más ambicioso de la avenida en la cual se encuentra ubicada, llamada Ringstrasse (no dejéis de pasear por ella). Levantada en 1869, se inauguró con una pieza de Mozart, autor más importante del país. En 1945, durante la II Guerra Mundial, sufrió grandes desperfectos debido a una bomba, pero se restauró y se aprovechó para convertir al espacio en el más moderno del mundo. Tiene capacidad para algo menos de 3 mil personas, ¡así que durante un viaje de fin de curso a Viena podéis ir a la ópera! Las entradas más caras superan los 100€, pero podéis verla de pie por unos 5 €/persona. Por supuesto hay visitas guiadas al edifico, incluso en español, así que no dudéis en sopesar la idea. Dentro de la visita a la Ópera de Viena se puede también disfrutar del Museo de la Ópera, Staatsopern Museum, el cual os dará una visión interesante del conjunto y su cultura.
El Parlamento de Austria también debe estar dentro de vuestro planning en un viaje de fin de curso a Viena. Levantando en el siglo XIX y con un claro estilo clásico, es el edificio más emblemático de la avenida Ringstrasse conjuntamente con la ópera citada anteriormente. La estética del parlamento os recordará a conceptos griegos, pues lo que se quería era plasmar en él las bases de la democracia fundada en dicho país. Gran parte de la historia de los Habsburgo se narra en este edificio, la cual podréis conocer en profundidad en sus visitas guiadas.
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Otros monumentos durante un viaje de fin de curso a Viena
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Aunque no son los más relevantes, no dejéis de visitar sitios como la Iglesia de San Carlos Borromeo, la Iglesia de San Pedro, el Palacio Hofburg, el Palacio Belvedere o la Iglesia Votiva del Divino Salvador. Como algo curioso y novedoso, os aconsejamos que visitéis el parque de atracciones más antiguo del mundo, conocido como Prater. Incisamente se concibió como un coto de caza privado, que acabó siendo abierto al público para en 1895 se considerado como un parque de atracciones. Tiene una noria que en su momento fue la más alta del mundo, con sus 60 metros de alza.
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Museos en un viaje de fin de curso a Viena
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Casi todas las ciudades tienen infinidad de museos, pero en Viena os queremos destacar los que, desde nuestro punto de vista, mayor importancia tienen. En el primer puesto encontramos el Museo de Historia del Arte de Viena, donde convergen obras que pertenecieron a la colección privada de los Habsburgo. Repartidas en diferentes plantas, podremos ver obras que van desde el Antiguo Egipto hasta colecciones griegas y romanas, y por supuesto pasamos por colecciones pertenecientes a movimientos artísticos desde el siglo XV hasta el XIX. Como obras cumbre encontramos La Infanta Margarita en Azul, de Velázquez, la Virgen del Prado de Rafael, o Napoleón cruzando los Alpes por Jacques-Louis David.
La Galería Belvedere, también conocida como Belvedere a secas, tiene una de las obras más importantes de la Historia del Arte: el Beso de Gustav Klimt. El espacio expositivo se encuentra dentro del Palacio Belvedere. En esta galería también podréis ver obras de Monet o Schiele.
El Museo Albertina es otro emblema artístico de la ciudad de Viena, pues tiene una gran colección que va desde Renoir y Cezanne, pasando por Matisse hasta llegar a Miró y Picasso. Este museo tiene exposiciones temporales que, según la temporada, son realmente necesarias de visitar.
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