3 OBRAS IMPRESCINDIBLES DEL RIJKSMUSEUM
Un viaje fin de curso a Ámsterdam cultural
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Un viaje fin de curso a Ámsterdam es una de las mejores experiencias que se puede vivir y mucho más aún si se hace con compañeros/as de clase. Como ya sabréis a estas alturas, Ámsterdam es la capital de los Países Bajos y es una ciudad ecléctica y vibrante que ofrece planes ya actividades a todas horas del día y la noche.
Pero Ámsterdam, entre otras cosas, destaca por tener uno de los mejores museos del mundo, ¿sabéis cuál es su nombre? Hablamos del Rijksmuseum, un espléndido edificio ubicado en pleno corazón de Ámsterdam que alberga un gran número de las obras más importantes y famosas de la Historia del Arte.
En el post de hoy os queremos contar cuáles son las 3 piezas del museo que nunca debéis perderos si hacéis un viaje fin de curso a Ámsterdam y visitas el Rijksmuseum. Como algunos ya sabréis, el artista más importante que tiene el museo y que más visitas atrae es Rembrandt Harmenszoon van Rijn, más conocido como Rembrandt (simplemente). Él fue un pintor y grabador nacido en Leiden, en los Páises Bajos, de ahí que el museo centre casi toda su atención en su figura. Pero más allá de pintar espectacularmente y haber nacido en la ciudad que acoge el museo, Rembrandt tuvo la suerte de desarrollar su trayectoria en la época llamada Edad de Oro Neerlandesa, que fue el momento más álgido de la cultura de la región y haber hecho de las mejores aportaciones a la pintura barroca. También veremos en nuestro listado otros autores como Johannes Vermeer, Vincent Van Gogh, Bartholomeus van der Helst, George Hendrik Breitner y Jan Willem Pieneman, todos ellos neerlandeses.
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AUTORRETRATO CON SOMBRERO DE FIELTRO GRIS
Vincent Van Gogh, 1887
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Van Gogh fue un hombre abrumado por sus pensamientos y su enfermedad mental, y sus pinturas son un claro reflejo de su estado de ánimo e inquietudes personales y profesionales. El momento en el que se realizó este autorretrato, Van Gogh estaba hastiado de su vida en París, o cual queda claramente reflejado en el tipo de pincelada que da así como en el semblante de su rostro. De hecho, si se agrupan los autorretratos realizados durante este periodo de tiempo (alrededor de 1888), veremos que siempre tiene el gesto sombrío y pensativo. Además, este cuadro es importante en la trayectoria de Van Gogh ya que se ve cierta ansia de práctica. ¿Sabéis en qué podemos notarlo? En las velocidades de sus pinceladas, siendo en unas partes más largas y rápidas y en otras más gruesas y lentas. El objetivo de estos “experimentos técnicos” era el de dotar a través del movimiento de la pincela más o menos expresión en el retrato.
Van Gogh no solo realizó un cuadro con este título, “Autorretrato con sombrero de fieltro gris”, sino que hizo un total de tres lienzos. El que está expuesto en el Rijksmuseum fue el primero de la serie de tres.
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LA BATALLA DE WATERLOO
Jan Willem Pieneman, 1824
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Este óleo sobre lienzo es famoso por varios aspectos: en primer lugar, por la destreza técnica de su autor, Pieneman, y en segundo lugar por la importancia del momento histórico que relata, la derrota y expulsión del imperio francés del reino belga. El óleo relata a la perfección la situación histórica, pero vamos a relatarla brevemente para que os hagáis una idea. Napoleón y sus tropas habían conquistado los Países Bajos (período conocido como Cien Días), pero la ofensiva no tardaría en llegar por parte de los conquistados. La pintura relata cómo algunos principales rivales de Napoléon le hicieron frente y acudieron a salvar a Bélgica. Por ejemplo, el duque de Wellington (comandante britanico) o el futuro príncipe de Holanda (Guillermo II) hacen frente al ejército francés. En esta pintura se ve cómo el duque británico recibe la noticia de que Prusia les ofrecerá ayuda; él está protagonizando la parte central-derecha de la obra. A la izquierda se ve al príncipe de Holanda, herido, y convirtiéndose en el que llamaría el “heroe de Waterloo”. La pintura fue hecha, como hemos indicado, por Jan Willem Pieneman en el año 1824, y aunque fue encargada por Wellington, finalmente fue el rey William I quien compró la pieza para su hijo Guillermo II (el héroe de Waterloo).
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LA RONDA DE NOCHE
Rembrandt Harmensz van Rijn, 1642
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Y, cómo no, debemos incluir en esta primera listas de las obras más importantes del Rijksmuseum una pieza del maestro Rembrandt. Hemos escogido “La Ronda de Noche”, una de las pinturas más importantes del pintor, donde se ha capturado una escena casi cotidiana de la compañía miliciana que se preparaba para vigilar la ciudad durante la noche.
¿Queréis conocer algunas de las curiosidades de esta preciosa pieza?
1. La joven dama: si os fijáis bien, la niña que aparece en la mitad-izquierda del cuadro es diferente al resto de personas y parece como si no perteneciera a la escena del cuadro (¿qué hace un niña tan pequeña despierta por la noche y entre la guardia de la ciudad?). Se comenta que posiblemente fuera un recurso que Rembrandt utilizó para plasmar en el cuadro a su esposa, la cual había fallecido de tuberculosis el mismo año en el que él se encontraba realizando el lienzo. Se piensa, por lo tanto, que pudo ser una especie de homenaje póstumo a su mujer.
2. Los milicianos: para hacer estos cuadros, Rembrandt, al igual que otros pintores, necesitaban modelos que posaran para él. En el caso de esta pintura, los propios modelos tuvieron que pagar a Rembrandt para poder aparecer en él. Se trataría de todo un honor, ¿verdad?
3. Las luces: este cuadro destaca por su tenebrismo y claroscuro, lo que le confiere esa sensación de majestuosidad y enigma a la pieza. Rembrandt estuvo muy influenciado por Caravaggio, maestro del claroscuro. Gracias al buen uso que sabía hacer Rembrandt de las luces, pudo conferirle gran protagonismo al personaje central-derecha, el Teniente Willem van Ruytenburch, el cual era muy bajo pero gracias a darle luz a su vestimenta parece mas voluminoso y no queda descompasado con el resto de los personajes.