Descubre el Alma de Almería a través de su Arquitectura

La preciosa Alcazaba de Almería, también conocida como Alcazaba, Castillos y Murallas del Cerro de San Cristóbal, es un precioso conjunto monumental de época andalusí más importante que os podréis encontrar no solo de toda España sino de toda la Península Ibérica.

Tal es su importancia que, a día de hoy, está considerada como la ciudadela árabe más grande del país, así que debéis visitarla si hacéis un viaje de fin de curso a Almería. Es muy sencillo acceder a ella, ya que está a poco más de 7-8 minutos a pie del centro de la ciudad, concretamente de la Plaza de la Constitución.

Cuando entréis en la Alcazaba no debéis olvidar recorrer y tomar fotografías por su preciosa Muralla de Jayrán, la cual os conduce hasta el corazón del complejo. Y, por supuesto, hay más puntos dentro de este monumento que observar: la muralla de la Vela, el mirador de Odalisca, la Torre del Homenaje o la Torre de la Pólvora.

Esta preciosa construcción que se mueve entre el gótico tardío y el renacimiento debe acaparar durante un buen rato vuestra atención y miradas. Su peculiaridad, la cual la convierte no solo en una de las catedrales más importantes de Andalucía sino también de toda España, es que es de las pocas catedral con fortaleza del país.

Su puerta principal es, como muchos entendidos suelen definir, una puerta parlante (¡menudo nombre!). Como su nombre indica, su función era la de transmitir un mensaje (religioso) a la población. La Puerta de los Perdones también os encantará, al igual que su Altar Mayor ya en el interior, la Capilla del Santo Cristo de la Escucha y su Coro.

Conocer nuestra historia es de vital importancia, y en Almería hay increíbles vestigios que, casi como si se tratara de una clase de historia, nos relatan episodios de la Guerra Civil. En la Plaza Manuel Pérez García se encuentran los refugios subterráneos que en la ciudad fueron utilizados para protegerse durante los ataques de la Guerra Civil.

Estos túneles tienen alrededor de nada más y nada menos que 4 kilómetros de largo y estuvieron pensados para albergar a cerca de 40 mil habitantes bajo tierra.